Procesos de selección

He querido reducir el título lo máximo posible; tanto que me ha quedado algo críptico o ambiguo. Pero no lo cambiaré, en la confianza de que sabré explicarme a lo largo del post.

En primera instancia, de lo que quiero hablar es de lo mal hechos que están los procesos de selección para los cursos del SERVEF (INEM en Valencia). Quiero decir que, aún habiendo entrado al curso, gracias al enchufe correspondiente, , no puedo creer que hayan superado la prueba algunos de mis compañeros. Me refiero a que de ningún modo creo que den la talla. Y eso me induce a pensar que su enchufe es aún de mayor tensión eléctrica que el mío propio. Para poder entender lo que trato de explicar, creo que lo mejor podría ser explicar cómo ha sido todo desde el principio hasta el momento actual. Procuraré no enrollarme mucho, y además no utilizaré nombres, ni de curso, ni propios, por si acaso.

Hace unos meses asistí a un curso, muy interesante por cierto, y del que disfruté mucho, en el mismo centro de formación en el que me encuentro en la actualidad. Como me encuentro en situación de paro, rellené unas hojas solicitando más cursos para desempleados.

Al cabo de un tiempo, hace poco, me llamaron para hacer la selección para algunos cursos. Me presenté a cuatro. Básicamente todas las pruebas, de todos los cursos, eran iguales o muy parecidas. Lo cierto es que no entrañaban ninguna dificultad. Me parecieron, de hecho, extremadamente fáciles. Cuatro preguntas de matemáticas, muy elementales; cuatro tests psicológicos, y una prueba sobre lo que esperas sacar del curso.

Cuál fue mi sorpresa cuando, al cabo de unos días, tomé conciencia de que a esas alturas ya no había sido seleccionado. Me extrañó, en el sentido de que, aunque éramos muchos, tampoco me pareció que hubiese mucha gente con la suficiente capacidad para superar, al menos, las pruebas matemáticas. Pero claro, como no se puede juzgar a nadie en sólo un ratito, asumí que puede haber gente más capaz que yo. Al menos para asistir y recibir esa formación.

Tal que un lunes, el de la semana pasada en el momento de escribir este post en mi cuaderno, comenzaba uno de los cursos. Concretamente el que estoy recibiendo en este momento. Pero yo no asistí el primer día, ni el segundo, porque como he dicho antes, yo no había sido seleccionado.

Voy a introducir un pequeño flashback. La semana anterior a la que empezaba el curso, me enteré de que el mismo lo iba a impartir un amigo mío. Le comenté el tema y me dijo que a esas alturas él ya no podía hacer nada. Fin del flashback.

Como ya he dicho, el curso empezó el lunes. El martes por la tarde me llama mi amigo y me dice que uno de los alumnos se ha dado de baja y que si quiero la plaza, es mía. Por supuesto, le dije que sí. Y aquí estoy.

Ya llevo unos días codo a codo con mis compañeros, y no puedo entender por qué han seleccionado a muchos de ellos, antes que a mi, que he entrado por enchufe. Puedo decir que hay de todo, y que algunos sí pienso que valgan. Pero hay otros que no. Y sé a ciencia cierta que es culpa de la selección, porque he investigado y no hay más enchufados. Al menos en este curso.

Todos somos parados, es lo único que tenemos en común . Pero está el caso del chico que no sabe ni hablar; o el que se cree físico nuclear (por supuesto sin serlo). El que está de vuelta de todo; el ejemplificador; el extranjero que dudo que ni siquiera entienda bien el idioma, y por lo tanto mal lo tiene con la explicación de las clases; la chica camionera; los que asisten pero nunca enstán…

Aún no he conseguido saber en qué se han basado para hacer la selección, pero pienso averiguarlo. Y cuando lo haga pienso publicarlo aquí. Sospecho que va a ser este un tema que me va a dar mucho juego. Hasta pronto.