Eragon

Christopher Paolini – 2003

Roca Editorial de Libros (2006)

Christopher Paolini acababa de dejar atrás la adolescencia cuando escribió este libro. Tuvo la ocasión de publicarlo gracias a que sus padres eran editores, pero eso no es más que otra muestra de que el destino existe y mueve los hilos a su antojo, ya que es uno de los mejores libros que he leído, y Paolini tiene bien merecido el apelativo de escritor.

La novela cuenta una nueva historia de la lucha eterna entre el bien y el mal, pero lo hace con la frescura de la adolescencia y el punto de vista de un joven que se ve reflejado en su personaje principal. Se trata de un joven jinete de dragon atrapado entre los hilos de su propio destino, y atado sin remedio al destino de los que le rodean. Acompañado por su inseparable dragona y sus fieles amigos y mentores, debe escapar de las garras del mal para encontrar a los vardenos, que sólo simbolizan un paso más en su camino, aunque para él son una meta y un pozo de seguridad y futuro.

La primera vez que vi el libro fue en la estantería de unos grandes almacenes. Acababa de salir la versión en castellano y leí la contraportada, como suelo hacer habitualmente, sin prestarle mucha atención. Pensé que quizás lo compraría más adelante, pero me olvidé rápido de la idea, aunque la imagen de la portada se había grabado a fuego en mi mente, por ese ojo de dragón dibujado de forma tan humana.

La segunda vez lo vi en el estante de una gran amiga mía que, al igual que yo, es amante de la literatura de fantasía.

-¿Qué tal el libro? -le pregunté sin mucha convicción.

-Bueno, lo estoy leyendo. Me está gustando mucho, es diferente.

Esa última observación me confundió un poco. ¿Cómo que diferente? Pero cometí el error de no darle importancia y apartarlo de nuevo de mi mente.

Casi dos años después salió la película. Me encantó (tengo una reseña también sobre ella), y decidí, esta vez sí, que los astros se estaban confabulando para hacerme leer el libro, y antes de que pudiera comprarlo, unos amigos, que también comparten mi afición por el rol y la fantasía épica, y por recomendación de mi mujer, decidieron ragalármelo. Es, sin duda, uno de los mejores regalos que me han hecho.

Ya sabía que lo había escrito alguien demasiado joven para entrar en el mundo editorial, sin embargo en ningún momento lo parece, sino todo lo contrario. Está narrado por la mano de alguien muy adulto y que sabe de sobra lo que quiere de la historia.

La película está muy bien, pero el libro, como la mayoría de las veces, la supera ampliamente, y con muchas creces. De hecho, creo que los fallos más importantes de la cinta se fundamentan en la pobre adaptación de la novela, de la que difiere, bajo mi punto de vista, en fragmentos demasiado esenciales como para pasaros por alto, y que le restan rigor y significado.

Algo que me ha gustado muchísimo ha sido el capítulo de agradecimientos. Jamás los he leído tan emotivos y disciplentes. Es quizás lo único en que, dentro de palabras adolescentes, se encuentra una forma tan adulta de dar las gracias.

No es posible perderse este volumen, sea el lector amante de la fantasía o no, pues en él se encuentra algo que, en el fondo, todos llevamos dentro.

Imagen enlazada con Fiction Writers of the Monterey Peninsula.